Minimizar la transmisión de infecciones es una alta prioridad para la seguridad de los profesionales de la salud y de los pacientes. Puede protegerse siguiendo las directrices de control de infecciones en su lugar de trabajo, tomando las precauciones adecuadas y asegurándose de cumplir con estas cuatro áreas clave de prevención de infecciones.
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La higiene de las manos es la medida más crítica para evitar la transmisión de enfermedades.
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El reprocesamiento adecuado de instrumentos es fundamental para preservar la seguridad y el bienestar de los pacientes y el personal. Una función integral de reprocesamiento de instrumentos desempeña un papel importante en la reducción de las infecciones asociadas a la atención médica.
El EPP se utiliza para minimizar la exposición a peligros que causan lesiones y enfermedades, que pueden ser el resultado del contacto con peligros biológicos, químicos, radiológicos, físicos o de otros tipos. El EPP típico en entornos de atención médica incluye guantes, máscaras, batas, gafas protectoras, etc.
El mantenimiento de rutina implica la limpieza y desinfección diarias de superficies y objetos dentro del consultorio con un desinfectante de bajo nivel. Las superficies en el consultorio, especialmente las áreas públicas, las mesas de exámenes, los mostradores, los pisos y los inodoros deben limpiarse de inmediato después del paso de cada paciente y cuando presenten suciedad visible.